Lo que me enseñaron los sénior
A lo largo de estos meses, tuve la gran oportunidad de realizar mi práctica social en 101 Ideas. Aquí, el Programa Consejeros Senior cambió mi percepción sobre la edad. Comprendí que ser mayor no implica el final de la productividad, por el contrario, es un momento de la vida para mantenerse ocupado, ser independiente, así como aportar a la sociedad y a otras generaciones los conocimientos y experiencias que solo se adquieren con los años.
Los Consejeros Senior me demostraron que las personas de más de 55 años continúan participando en diversas labores, como lo son: desenvolverse en actividades profesionales remuneradas; aportar a la sociedad, participando en proyectos con enfoques sociales; e incluso desarrollando nuevos emprendimientos. Así mismo, cada día se actualizan más, pues están en constante aprendizaje y continúan respondiendo efectivamente a los retos de la actualidad.
Por otro lado, para mí fue muy significativo comprender en qué consiste la intergeneracionalidad, la manera en que contribuye al reconocimiento de los derechos de la población mayor, fortalece la participación social y produce importantes intercambios de conocimientos y habilidades.
De igual forma, mi paso por este valioso proyecto, el cual tiene un enfoque social único, me permitió descubrir la manera en que la Economía Silver hace posible que las personas mayores tengan una mejor calidad de vida y continúen brindándole al mundo toda la sabiduría que han adquirido.
Por último, mi reflexión final es que es innegable que los sénior cada vez son más reconocidos por su contribución al desarrollo. Por esta razón, los jóvenes debemos respetarlos, reconocer que sus aportes son fundamentales para la humanidad y continuar trabajando mancomunadamente con este grupo etario.